sábado, 31 de julio de 2010

CRISTINA VILLANUEVA

Renaciendo Pinturas Óleo

Una casa que habla
                                                       
                                                                                           a los que alguna vez la escucharon

La muñeca de Chiapas recuesta su desamparo descalzo y seco  en la seda de un títere de la costa Caribe. Se oye el silencio de los indios, años de piedras, ojos duros.. De pronto la casa se levanta en voces. Hay una reverberación de idiomas que crecen, una revolución casi. Títeres y  pasamontañas, México y Colombia, Leggere que nos cuenta acerca de la lectura, en italiano. Un gallo  portugués, cantan los pájaros del árbol de la vida de Guatemala en maya. Calvino, su jardín bifurcado de raíces Borgianas. Cuba, sus banderas todavía sin amos.  Mundos en el espacio, todo en un punto, Aleph , reunión de amigos, diario de viajes  a través  de objetos , caos de un diccionario de derroches visuales Tranvía de San Francisco, París, translucida de jardines impresionistas, caballeros medievales sicilianos. Un rey de Austria con su manto de terciopelo rojo, el títere checo llamando a la invencible magia blanca de Praga. Los caballeros con yelmos, corazones de metal que protegen a la muñeca húngara de la sencilla belleza de sus bordados. Key west tan cerca y lejos de Cuba. La inocencia de Bahía con sus mujeres de Blanco, desbordantes de mares y caderas. Una pareja de novios entre las flores ingenuas de un país que ya no existe. Mezcla de alegría y sueños, alegría de lo real maravilloso.¿ Qué es verdad qué ficción. en la imaginaria vida de maracas, ángeles, muñecas rusas, camioncitos de América colmados de gente y de animales?Qué hay de vida o de sueño en la mariposa chorreante de color  de Portocarrero, en ese Diego Rivera rompiendo en arte piñatas y sentidos. En tu voz leyéndome desde  ese abrazo que parecía indestructible y en las lámparas maravillosas  a las que les pido que junto a las flores del mantel de Guatemala me salven, por un rato al menos,  del desnudo, despejado, orden de la muerte.
 
*de Cristina Villanueva. libera@arnet.com.ar

1 comentario:

  1. Como es habitual, el lenguaje poético y la mirada aguda de Cris Villanueva nos regalan estos rubíes de su pluma. Gracias, Cris.
    Andrés

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