viernes, 9 de marzo de 2012

Delfina Acosta


 VOLVER SIEMPRE 

Algún día ya no estaré entre los vivos. La existencia, que es un  mar, alguna tarde, o cierta noche serena,  con la Luna colgada siempre de la Tierra,  y un rumor de hierbas frescas, me devolverá al polvo con golpes de olas. 
 Tal vez tendré un final inesperado, como Nino Bravo, a quien  me gusta escuchar   con los ojos cerrados, como dormida. 


Reconozco  que soy feliz y que vengo peleando la buena batalla, verso a verso, endecasílabo a endecasílabo, pues de eso se trata, por cierto,  mi afán poético. 
Me doy por mujer que no ha venido al mundo a traer rencillas  porque mi destino hace maridaje con los sueños y  las ilusiones  a los que no debería renunciar nunca el ser humano. 
Mis novedades son un botón de flor en la vieja orquídea,  un pan que huele a tibieza, una estrella cayendo y un beso enamorado entre un hombre y una mujer.  
 Cuando ya no esté estarán en pie los árboles, y aquel pino y aquel  cactus  de mi patio se estremecerán acaso.  ¡Pero  el viento traerá noticias de otra gente que nace! 
Yo querría volver a  través de mis poesías. ■


1 comentario:

  1. Del más allá, se vuelve en la letra de esta prosa simple y que en su pequeñez nos hace partícipes de
    un ruego.

    Celmiro Koryto

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