jueves, 23 de mayo de 2013

Martha Goldìn




Mujer que se va

Estaba decidida. Tiró sobre la cama algunas ropas, llenó el bolso .
 Esto se acaba, pensó. Una nota   sobre el escritorio daría cuenta de un  simple adiós sin explicaciones.
 Ultimamente lo había notado misterioso. Casi no hablaba.  Aquel encanto  que la había seducido se ocultaba tras algunas respuestas equívocas.
Y la sospecha.  Intuía algo extraño que no podía precisar . Lo había conocido en unas charlas  sobre  Historia del Arte . De inmediato  le provocó  interés . Luego  atracción . Sentado a su lado  hablaba en tono seguro pero  ella no  escuchaba. Sólo lo miraba .
Como  advirtiera él que algo pasaba, sus ojos buscaron los suyos.
 Se ofreció a acompañarla . Caminaron entre árboles florecido y los sonidos de la ciudad que lentamente oscurecía.
Tantos temas en común, cuántas cosas los unían. 
Y así, de repente, se encontró en sus brazos. Y así, de repente , se besaron.
Ya en el  dormitorio fue  un lento desandar de sueños compartidos . Si. Era evidente . Juntos estaban muy bien . La piel se lo decía cuando el hombre  la tocaba y ella respiraba con plenitud esos momentos.
¿Era amor , pasión?
Nada importaba.  .Fueron años intensos .
 Entonces  el alejamiento. Algo  lo abrumaba.
 ¿Se había hastiado y no tenía  valor para afrontar la situación y resolverla? ¿Acaso otra mujer?
 Alzó firme el bolso, la cartera . Y se fue con los sueños  rodando por la mejillas. .
Como si fueran lágrimas .
 
Martha Goldín

1 comentario:

  1. La vivencia existencial de la separación luego de la intensidad del encuentro, descripta con naturalidad, como el fluir suave del agua semejante a las lágrimas mansas.
    Felicitaciones, Martha y saludos.
    MARITA RAGOZZA

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