jueves, 20 de marzo de 2014

Máximo Simpson

DE LA CASA Y OTRAS VISIONES (1995)

Sonata

Toca el violín la casa,
se asoma de sí misma,
se sale de la casa,
y le atraen vacíos hacia arriba y abajo.


Toca el violín la casa,
tiemblan sótanos negros de cólera indecisa,
tiembla toda la casa con su gran cuerda humana
cuando suena el violín violento de la casa.

La casa tiene lámparas votivas,
roperos tristes,
ventanas que miran hacia dentro.


La gotera

La gotera caía
sobre el pan,
sobre el tiempo.

La gotera caía como salmo insensato,
como loco aleluya,
como lento gorjeo,

como un aria indecisa.
Y la gotera hablaba en medio de la noche,
era un ala que rozaba los días.


La gotera caía como terca amenaza,
se metía hacia dentro,
en la médula misma,
en el cogollo herido,
en las uñas dormidas,
en el cuaderno niño entre las letras,
adentro de la pulpa,
adentro de la vida.


La gotera caía
sobre el pan,
sobre el tiempo.


 La baldosa

Esa baldosa rota con su pequeño charco
vive en medio del patio
como un falso profeta.

Esa ínfima ruina,

esa grieta del mundo,
ese fracaso de la vida que ya toca sus bordes,
esa breve fisura es un aviso,
una señal dejada como por puro azar.

Esa trivial metamorfosis,
Ese ex abrupto de agua

que como un charco de locura
desafía la calma de las flores,
es nada más que eso: una provocación,
un torvo golpe al aire de la casa.

4 comentarios:

  1. me abrasa y me abraza tu poesía. siempre. siempre. susana zazzetti.

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  2. El poeta pasea su mirada sobre las cosas que lo rodean, las más cercanas a su intimidad, y su mirada vislumbra su propia existencia. Así la casa que se asoma de sí misma, es su corazón que construyó a lo largo de su vida. Se asoma y se asombra, "ventanas que miran hacia dentro". Se asombra de que los vacíos que lo rodean y los roperos tristes, tiemblen cuando el violín, la gran cuerda humana, estalla dentro de la casa. Poesía melancólica y a la vez epifánica, siempre al rescate del corazón del hombre.
    Bravo maestro

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  3. Es tan cálido Máximo, tan que hasta sus palabras abrazan. Esa melancolía que está incluso en su andar pausado, en su mirada de contemplación. Siempre es un gusto

    Lily Chavez

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  4. Esa cadencia y esa casi íntima confesión, ineludiblemente nos asombran, y acercan, a la admirada poesía del máximo Maestro.

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